jueves, 5 de mayo de 2011

Ni un capricho ni un juguete.

No  me apetecía  pensar en nada. Llevaba muchos días dándole vueltas a lo mismo  y aún no había tomado un decisión: ¿Debería  volver llamarla?                                                                                                               
Y disculparme por no estar  atenta cuando ella me informaba de los pasos que tenía  que dar para adoptar a esa preciosa cachorrilla de nombre Isi, de tan solo dos meses, y poder darle un hogar lleno de cariño bajo mi entera responsabilidad. Solo espero que esa amable señora no le importe volver a repetirme todo de nuevo porque ahora ya estoy más que decidida a adoptarla.

En ese mismo instante ni me lo pensé. cogí el teléfono y marqué. Nada más oírme volvió a preguntarme con su dulce voz: "¿Te lo has pensado ya?" Le contesté que sí, pero no sé muy bien los pasos que debo dar para hacer posible la adopción. Ella rió y empezó a explicármelo de nuevo sin importarle nada haberlo hecho ya en vano el otro día. Le agradecí en el alma que no me hiciera ninguna pregunta sobre él porque la otra vez no la preste atención y no hubiera sabido qué decirla.

Después de media hora explicándome todo la dije que la quería y estoy deseando tenerla ya aquí conmigo. Ella me dijo que eso sería casi imposible porque hay que seguir rigurosamente los pasos;  un animal no es ningún juguete, ni ningún capricho: es un ser vivo al que habrá que cuidar, mimar y atender el resto de su vida, lo cual me hizo pensar en lo cierto de sus palabras y en que lo cierto es que no pensamos muchas veces cuando cogemos un animal y luego hay tantos y tantos abandonos de gente que no tiene corazón

3 comentarios: